Translate

martes, 17 de enero de 2017

¿POR QUÉ LAS PERSONAS COTILLEAN?
Es natural del ser humano ser curioso, lo que nos lleva a tener interés hacía la vida de los demás. Al ser, además, seres sociales compartir dicha información facilita nuestra socialización.
El cotilleo es utilizado como mecanismo para eliminar la incertidumbre de nuestro cerebro, respondiendo así a una necesidad psicológica básica.

Pero...
¿POR QUÉ SE COTILLEA SOBRE PERSONAS QUE NO INTERESAN?
El simple hecho de oír o ver información repetida de una persona en concreto (redes sociales, medios de comunicación...) hace que nuestro cerebro se acostumbre a reactivar recuerdos relacionados con ésta, pensando más a menudo en ella y haciéndose más familiar. Por lo que será importante para nuestro cerebro rellenar lagunas de las historias que nos llegan, cotilleando y eliminando así la incertidumbre que nuestro propio cerebro crea.


En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por la práctica de su conocimiento y el respeto a la dignidad humana. Un día un conocido se encontró con el gran filósofo y le dijo:
      -  ¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo? 
      -  Espera un minuto, replicó Sócrates. Antes de decirme cualquier cosa quisiera que pasaras un pequeño examen. Es llamado el examen del TRIPLE FILTRO.
      -  ¿Triple filtro?, preguntó el conocido.
      -  Correcto, continuó Sócrates. Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea tomar un momento y filtrar lo que vas a decir. Es por eso que lo llamo el examen del triple filtro. El primer filtro es la VERDAD. ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?
      -  No, dijo el hombre, realmente sólo escuché sobre eso y...
      -  Muy bien, dijo Sócrates. Entonces realmente no sabes si es cierto o no. Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, la BONDAD. ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?
      -  No, por el contrario...
      -  Entonces, continuó Sócrates, tú deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto. Sin embargo, aún puedes pasar el examen, porque queda un filtro: El filtro de la UTILIDAD. ¿Será útil para mí lo que vas a decirme de mi amigo?
      -  No, realmente no.
      -  Bien, concluyó Sócrates, si lo que deseas decirme no es cierto, ni es bueno e incluso no es útil, ¿por qué decírmelo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario