¿Podríamos decir que la primavera es la época del amor y el verano la época del sexo?
Es sabido que en el bajo deseo sexual influyen factores como el estrés, el cansancio, la sobrecarga de trabajo, la rutina… ¿qué ocurre si quitamos el estrés, nos organizamos para realizar planes divertidos y nos damos unas vacaciones?
El verano es la época de mayor actividad sexual. El sol hace que las personas dejen ver sus cuerpos, los colores llamativos, las playas, la relajación, las terracitas, el descanso; todo ello contribuye a despertar nuestros sentidos y nuestro deseo.
El paso a los días más largos y las noches más cortas, unido a la proximidad de las vacaciones mejora el estado de ánimo; lo que conlleva que se desate la pasión, mejore nuestro humor, nos tornemos más divertidos, simpáticos, pícaros y sexuales.
Elementos que desatan la libido veraniega:
- SOL y BUEN TIEMPO, aumentan el protagonismo de diferentes hormonas: testosterona (responde a los estímulos de la luz y alcanza su mayor nivel en verano), serotonina y endorfina (implicadas en la sensación de placer, sus niveles aumentan con la luz, el ejercicio físico y la alimentaciónàcomponentes especialmente asociados al verano), las feromonas (sustancias químicas que produce nuestro cuerpo para resultar atractivos al sexo opuesto, percibidas mediante el olfato)
- ESTIMULACIÓN VISUAL, los cuerpos ligeros de ropa o semidesnudos tomando el sol disparan la seducción provocando mayor número de fantasías sexuales y activando nuestro deseo.
- VACACIONES, el que no haya madrugones, trasnochar, alejarse del estrés, aburrirse, fomentar la comunicación en pareja, y… cómo no: ¡¡¡ la siesta!!! Si mezclamos todo esto coincidirás conmigo en que el resultado más natural será el SEXO VERANIEGO. La buena temperatura estimula el encanto del sexo apasionado al aire libre como un elemento más del erotismo. Fuente de inspiración para los más creativos y creativas que aprovechan la magia de hacer el amor en el mar, las montañas, bajo un manto de estrellas…
TE DEJO UN TRUQUILLO PARA PODER ALIVIAR LOS SOFOCANTES CALORES VERANIEGOS
¿Qué mejor manera de disfrutar de una tarde de verano que estando fresquitos? Pero, ¿puedes estar fresquito y a la vez en pareja? Parece incompatible en las épocas de calor igualar frescor a cercanía con otra persona. ¿Qué te parecería una tarde veraniega fresquitos y en pareja?
Quien juega con hielo acaba helándose ¡¡¡DE PLACER!!! Debido a su textura, jugar con el hielo y en pareja abre la puerta a sensaciones excitantes y morbosas.
¿Cómo jugar con hielo?
- Comienza metiendo un hielo en tu boca y dando un apasionado beso helado.
- Para estimular las zonas erógenas del cuerpo es conveniente empezar por lugares como la nuca o las muñecas, así el primer contacto del cubito en la piel de tu pareja no será tan brusco y podrá acostumbrarse poco a poco al frío.
- Coloca a la otra persona boca abajo y pasa el hielo por cada centímetro de la parte trasera del cuerpo, haciendo hincapié en la nuca, columna y glúteos.
- Con tu pareja boca arriba, utiliza el hielo para recorrer de la cabeza a los pies toda su geografía corporal: empieza por los lóbulos de las orejas, las mejillas, el cuello, los pezones, el vientre, el ombligo, los genitales, sigue bajando hasta llegar a los empeines… deja volar tu imaginación mezclando cercanía, calor y frío.
Existen también lubricantes con efecto frío y juguetes sexuales congelables.
Cambia el concepto de siesta y atrévete a jugar con la temperatura.
¿Quién dijo que el verano es sofocante?
Feliz verano y a disfrutarlo
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